Monument Valley para Android

Un atractivo juego de geometría distorsionada

Un punto de referencia fácil para el estilo visual de Monument Valley podría ser M.C. Escher. Pero una comparación tan simple sería un perjuicio para el juego porque, por más que el entorno revuelto y desordenado sí le deba mucho al trabajo del artista, la capacidad de interactuar con una visión alterada del mundo hace del juego algo más sorprendente.

Geometría hermosa

El objetivo es guiar a la Pincesa Ida por los escenarios angulares y oníricos de Monument Valley. Toca en cualquier parte del camino y ella se dirigirá hasta el área deseada (asumiendo que pueda), pero la ruta hacia adelante no siempre está clara. Te toca a ti tirar, arrastrar, girar y, en general, manipular el entorno para crear una camino por el mundo.

Una obra maestra

Esta manipulación de las formas del mundo, que te obliga a mover grandes secciones de paisajes geométricos deslizando con el dedo en la pantalla, es la base de los rompecabezas de Monument Valley. Incluso sin tutorial, el aspecto tan táctil del mundo hará que te entren ganas de experimentar. Los bultos de la paren te invitan a tirar de ellos, las ruedas (que giran vastas porciones del mapa) te piden que las hagas girar y las herramientas que necesitas ya te aparecen sin explicación explícita. Si observas atentamente mientras mueves el mundo, verás qué secciones disparatadas del mundo se unen a la geometría imposible de Escher y poco a poco te ayudará a encontrar las soluciones a los rompecabezas.

Puro arte

El juego se basa en el “¿a ver qué pasa si…?”, con lo que puedes acabar borrando grandes porciones de mundo accidentalmente. La falta de retos nunca te decepcionará porque todos los descubrimientos inesperados seguro te harán sonreír. Todo esto funciona gracias a un diseño cuidadoso y preciso del juego que no deja nada al azar. Todos y cada uno de los diez escenarios han sido creados de forma meticulosa y, además de ser totalmente funcionales, son también visualmente sorprendentes.

No tiene precio

Para ser un juego premium sin demostración, Monument Valley es bastante corto. Pero su valor no reside en la extensión, sino en el arte y el diseño del mundo, con lo que es difícil darle un valor a cada minuto que juegas. De verdad tengo ganas de más, y eso es prueba del ingenio y la imaginación del juego, más que del precio.